Ad astra per aspera
No es gran cosa mostrarse fuerte en una situación próspera, cuando la vida avanza con curso favorable. Lo escribió Séneca, autor también de la expresión que da título a este artículo. Bueno, no exactamente, porque lo que salió de la mente del gran heterodoxo fue Non est ad astra mollis e terris via («No es cómodo el camino desde la Tierra a las estrellas»), que luego, como era costumbre, simplificaron en la forma Ad astra per aspera: «Hacia las estrellas a través de las dificultades».
Las estrellas estaban asociadas al triunfo y la gloria desde antiguo, pero Séneca les dió un nuevo significado. Las vinculó a la virtud. Esto es, a la ambición de tener una vida plena y vivir de verdad en lugar de subsistir en la cómoda apatía de los días insípidos. Ser uno mismo en lugar de ser uno más. Atravesar las dificultades para llegar a las estrellas en lugar de permanecer en la desgana de la rutina para «dormir según el sueño de otro y caminar según los pasos de otro».
«No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos»
Lucio Anneo Séneca